Santiago el Real

Parroquia
Santiago El Real

EL RETABLO MAYOR DE SANTIAGO EL REAL DE LOGROÑO

POR EI.

DR. JULIÁN CANTERA ORIVE

(Profesor de Historia del Arte del Seminario de Vitoria y Académico de la Historia )

Sermones en piedra llamaron los antiguos a las magnificas portadas de nuestros templos especialmente a las de nuestras espléndidas Catedrales de la Edad Media.

. Con el mismo fundamento puede decirse que nuestros monumentales retablos, renacentistas sobre todo, son en su mayor parte “historias o narraciones hagiográficas”, en cuyos cuadros se describen minuciosamente la vida y milagros o misterios del Santo titular de la Iglesia a la que el retablo pertenece.

Y si alguno entre ellos merece con toda propiedad tal calificativo, lo es precisamente éste de la parroquia de Santiago el Real de Logroño. Los cuadros Inferiores del friso o basamento desarrollan la actuación apostólica de Santiago el Mayor en Judea, Santa María y España; la imagen central del retablo es un bellísimo exponente de la Apoteosis del glorioso Apóstol evangelizador de la península ibérica; los altorrelieves de la parte de la epístola refieren de abajo hacia arriba el Martirio de Santiago, la Traslación de sus reliquias a Compostela y le Venida de la Santísima Virgen del Pilar; finalmente, las escenas del lado del evangelio representan tres Apariciones del .Santo Patrón de España en otras tantas batallas, a saber, las de Coimbra, Baeza y Clavijo

Mas, antes de pasar a la descripción narrativa de los asuntos representados en cada uno de los cuadros, nichos y medallones, que constituyen la sorprendente arquitectura de este genial retablo, conviene decir algo acerca de su época y estilo, así como de su construcción y perfeccionamiento.

Varios “maestros de arquitectura y escultura”, como entonces los llamaban, de bien merecida y notoria fama andaban por la Rioja en la primera mitad del siglo XVII, a cuya época pertenece el retablo, de que hacemos historia.

Hallamos  entre varios, a Juan Vascardo o Bascardo, Pedro Arbulo Margubete (de Santo Domingo de la Calzada) y Juan lralzu, sembrando por aquel entonces nuestra región y sus Iglesias de filigranas artísticas, no ya superadas, pero ni siquiera igualadas por las obras posteriores. Hubo uno que durante esos años ejerció su arte en Briones, Fuenmayor y Nájera, para cuyo monasterio de Santa María la Real firmaba un contrato el 9 de agosto de 1631; era el guipuzcoano Juan de Arismendi, natural de Cizúrquil.

Proliferaba en abundancia la pléyade de artistas en Calahorra. Santo Domingo de la Calzada, Logroño, Haro, Briones, Miranda de Ebro, Cabredo (Navarra) y otros, cuyos nombres guardan los archivos diocesanos, catedrales, parroquiales, y conventuales, en documentos de subasta de obras y contratos para las mismas. Como nota, curiosa, por su gran parecido con el retablo de Santiago, sobre todo en lo de las columnas “estrígiles”, quiero citar aquí los de Santa María y Santo Domingo de Silos, laterales en la parroquia de Cañas, y el de San Pedro del monasterio cisterciense de la misma villa, debidos los tres a Francisco de Mallagaray, de Mallavia (Vizcaya), el año 1651 y el más importante, retablo del altar mayor de Cabredo, obra de José Sáenz de Viñaspre en 1673.

Del retablo viejo de la parroquia de Santiago el Real de Logroño quedan restos detrás de la obra actual y acaso la imagen central del Apóstol en traje de peregrino sea también anterior por su sabor arcaico y no responder al estilo general. Parece que el proyecto de hacer nuevo retablo viene ya de principios del siglo XVII, pues en la visita pastoral de 1618 se mencionan “cien ducados que Doña Ysabel de Castro mandó para ayuda de hacer un retablo y de los corridos de todos los años después que se cobraron”.

El año 1624 se habla de deshacer el Relicario (Tabernáculo) y el arco del altar mayor.

“Primeramente del Bajar del Relicario de la costa de la comida de quattro oficiales el día que se bajó y por desacerleseis reales”.

“Y tem a otro hombre desaciendo el arco del altar mayor, 238 maravedís”.

Posteriormente “se le passan en quenta a Pedro Ximenez siete mill seiscientos y noventa maravedis que consta haver gastado por menor en el hacer el pedestral del altar…”

Item trescientos seis maravedis de traer el pedaço del pie del altar que es lo que está en el pedestral de casa de Ximenez a la Yglesia”.

Por Logroño andaba entonces (1654-1666) construyendo fuentes Juan de Raon, maestro arquitecto de Calahorra, quien el 9 de diciembre de 1662 firma un contrato para hacer la portada de la misma iglesia de Santiago, cuyas columnas son también “estrígiles” como las del retablo. Un Juan del Pinar, maestro escultor, murió en Logroño el 9 de mayo de 1660. Juan de Amézqueta, maestro de arquitectura, hizo la imagen de Santiago de alabastro de la portada y los jarrones también de alabastro.

El año 1625 se hace “memorIa del dinero que he cobrado yo el Ldo. Miguel de Espinosa de la limosna que los señores parroquianos de la yglesia de señor santiago el Real desta Ciudad de Logroño an dado para ayudar a pagar el Sagrario o custodia del Sanctissimo Sacramento hecho en el altar mayor de dicha yglesia. Se asentó el Sagrario la Víspera de Navidad de 1621”.   El Sagrario mencionado aquí no es el actual, o sea el tabernáculo ricamente dorado y francamente barroco, cuya fecha exacta nos consta por una inscripción que lleva y dice: DEUS ABSCONDITUS-1720. Además de no responder la fecha, el antiguo, aunque parezca raro, hemos visto que se desmontó y deshizo el año 1624.

Los autores de la arquitectura del retablo fueron Mateo de Zaballa y su hijo Sebastián, “maestros arquitectos” de Azpeitia (Guipúzcoa) y de la escultura los “maestros escultores” Francisco de Ureta, de Asteasu (Guipúzcoa) y Diego Jiménez, de Cabredo (Navarra). Se comenzó el año 1649, continuándose en años sucesivos. Quedó la obra en madera limpia, sin decorar en policromía, casi un siglo hasta que el año 1740 “fue decorado y estofado” a costa del arzobispo de Burgos, don Manuel de Samaniego y Xaca, natural de Logroño y parroquiano de Santiago el Real. De él se dice que en su sepultura se puso este epitafio: “Hic natus – hic renatus – hic infulatus – hic tumulatus”. Que en romance quiere decir: “Nacido aquí (en Logroño); aquí bautizado (en Santiago); aquí consagrado obispo (en esta iglesia); y aquí (en la misma) enterrado”.

En efecto, en su partida de defunción se dIce que “se enterró a doze Estados en la Sepultura de sus Padres debaxo de la Lámpara de el Altar Mayor”. Lo cual quiere aclarar don Javier Gómez “a doce estados a la derecha del cañón de los ángeles, sepultura propia de sus padres.. Hoy, con el entarimado de la iglesia no es posible dar con el sitio exacto.

Pasando ya a hablar del estilo del retablo, hemos querido ver en nuestros estudios cómo los retablos siguen la orientación de la arquitectura, y por eso se clasifican teóricamente en la época a que nos referimos —desde fines del siglo XVI al XVIII— en los estilos plateresco, renacentista greco-romano, barroco (y en España churrigueresco), y de restauración clásica. Hemos dicho teóricamente, porque en la práctica es muy difícil, si no imposible, establecer una línea divisoria estilística y cronológica exacta en los magníficos e innumerables retablos de las distintas regiones españolas y, de no acudir a los datos documentales del archivo, nos exponemos a errores o inexactitudes.

Porque tratamos del de Santiago, podemos decir de él que, sin abandonar del todo los motivos ornamentales del plateresco – que ya había desaparecido de la corriente artística – se asimila en lo fundamental el estilo renacentista greco-romano como base y desarrollo de la construcción, si bien apunta ya en el retorcimiento de sus líneas algo del barroquismo Importado por los artistas italianos, que comenzaban a ejercer su Influencia decisiva, preparando el camino a nuestro Churrriguera (1660-1723), que llegó a formar el peculiar estilo al que se unió su nombre.

Resumiendo, diremos: El retablo mayor de la iglesia parroquial de Santiago el Real de Logroño está en una zona Intermedia del renacentista greco-romano y del barroco.  Son característicos sus fustes estriados en líneas onduladas verticales (no en espiral) llamadas “estrígiles”, lo que le hace constituir grupo aparte, separándole de sus congéneres y contemporáneos.

Artísticamente es rico en elementos tanto fundamentales como decorativos y en su conjunto es una verdadera joya religiosa e histórica por la abundancia de sus esculturas y por los datos que en su expresión narrativa se encierran, como vamos a ver a continuación.

Componen la estructura de nuestro retablo cuatro pisos o bandas en sentido horizontal y cinco calles en los tres primeros y tres en el cuarto en sentido vertical, más la predela o friso inferior sobre la mesa de altar y el cornisamento o frontón circular, que corona la obra. Dos frisos con medallones separan entre sí los pisos primero, segundo y tercero. Esta disposición nos da un conjunto de treinta y seis paneles, cuadros, nichos y medallones que reciben escenas e imágenes, las que iremos describiendo a continuación.

La predela. Consta este friso inferior del retablo de diez cuadros, cuya explicación haremos, procediendo de nuestra izquierda a derecha por el orden en que están colocados.

En los Breviarios antiguos de rezo eclesiástico se lee — lo ha visto consignado el que esto escribe en restos de uno del siglo VII, que se conservan en Sorzano (Logroño) – cómo el Apóstol Santiago el Mayor anunció el Evangelio de Jesucristo al rey Herodes Agripa I, al Sanedrín de los judíos y a los magos de Samaria, Hermógenes y Fileto. Estos dos se convirtieron a la fe cristiana.

Sabido es de todos y por todos admitido que los artistas de nuestras catedrales y demás templos católicos, para componer el entretejido anecdótico de sus portadas, retablos y miniaturas de los códices medievales, se sirvieron, además de la Santa Biblia e Historia Sagrada, de los evangelios apócrifos, de la Leyenda Dorada y hasta de las tradiciones que corrían en los pueblos y ciudades, donde ejercían su arte.

Por eso es necesario advertir al lector que no todas las cosas representadas plásticamente tienen la misma autoridad histórica, pues si bien este artista ha reproducido exactamente tal como las ha aprendido, dichas noticias, prescindiendo de que sean o no exactas, su veracidad depende de las fuentes utilizadas por él para su información. Especialmente se hace imprescindible esta advertencia respecto a lo que inmediatamente vamos a decir de Santa Ana.

Llegó en la Edad Media a ser muy corriente la creencia, tomada de un evangelio apócrifo, de que Santa Ana, la madre de lo Santísima Virgen, tuvo otras dos hijas llamadas también María, aunque añadiendo a la una el patronímico de Cleofé y a la otra el de Salomé, de donde se vino a sacar en consecuencia que Santiago el Mayor y San Juan, hijos de Salomé y Zebedeo, eran primos hermanos del Salvador. Esta noticia pasó a muchos Breviarios y de ella se hacen eco algunos muy doctos y graves escritores, Hemos, pues, de tenerla en cuenta para la descripción, aunque suspendamos el juicio acerca de su verosimilitud. Con esto pasamos ya a describir los diez cuadros de la predela por su orden de Izquierda a derecha. Todos están tallados en medio relieve.

Haz click sobre cualquiera de las imagenes a continuación para leer el detalle

Corona toda la obra del retablo un frontón circular, en cuyo espacio medio sobresale la escultura en busto del Padre Eterno en calidad de Creador, pues tiene a su derecha el sol y a su izquierda la luna.

Dos ángeles, esculturas exentas, flaquean sobre las calles primera y quinta el remate del retablo. (volver a la imágen)

San Antonio Abad. –

Cubre con su manto un ave y un cerdo. (volver a la imágen)

El Santo Crucifijo —

El último cuadro de la calle central lo constituye el grupo llamado El Calvario. No podía faltar le imagen del Crucificado en la parte superior del retablo. Va acompañado de la Virgen Dolorosa y del Apóstol San Juan, el Discípulo Amado. Nada hay que notar de especial, si no es el aspecto arcaico que se ha querido dar a nuestro Señor en la cruz, y la extraña disposición de sus dos pies clavados con distintos clavos, pero sin sostén ninguno y sin adaptar las plantas al madero, pareciendo que están colgando sin clavar. Su sabor arcaico hace sospechar que pertenecía al retablo anterior. (volver a la imágen)

Santa Tecla, virgen y protomártir de las mujeres, como S. Esteban lo fue de los hombres. La tradición la supone compañera de S. Pablo en su viaje a España, venerándose su sepulcro en Tarragona, de cuya archidiócesis es patrona. El artista la ha colocado, como a S. Lucas, en la misma calle que a S. Pablo. Quizás ante esta Imagen se despertó la gran devoción que a Santa Tecla tenía el arzobispo D. Manuel de Samaniego, afianzada más tarde cuando fue arzobispo de Tarragona, y que le llevó, siendo arzobispo de Burgos, a construir en aquella catedral la Capilla de la Santa con su espléndido retablo. (volver a la imágen)

La Aparición de Santiago en Clavijo. –

Se corresponde paralelamente con la Virgen del Pilar en el otro extremo de este tercer piso. No en vano Clavijo forma con Zaragoza y Compostela la trilogía jacobea española; por eso correspondía a la Aparición de Clavijo (la primera entre todas las del Apóstol Caballero) un lugar destacado en este retablo de la Rioja dedicado a Santiago en su Iglesia de Logroño. Se representa el hecho en su forma acostumbrada, Sirviendo de fondo, Monte Laturce y el Castillo, y como figura principal el Apóstol Santiago. Patrón de España, cabalgando en blanquísimo corcel, blandiendo tajante la espada con la que sorprende a los Infieles que tiene rendidos a los pies del caballo. La brillante estrella tallada por el artista en la parte superior de este cuadro indica dos cosas: la relación intimo del Santiago de Clavijo con el de Compostela (una estrella es su símbolo), y el carácter sobrenatural de la victoria de nuestras armas. (volver a la imágen)

San Anastasio, uno de los discípulos Inseparables de Santiago y enterrado a la derecha del Apóstol en Compostela. (volver a la imágen)

 

Asunción de Nuestra Señora —

Es antiquísimo la devoción española a este misterio, por serlo de todo cuanto cede en honra y gloria de la Santísima Virgen, que nos visitó en la persona de Santiago. Aparece la Asunción de María en sarcófagos de los primeros siglos, aumenta su representación en portadas y retablos de la Edad Media, para generalizarse de  modo que es raro encontrar un retablo mayor posterior al siglo XV, donde no se halle sobre el titular de la Iglesia —si Ella no lo es— el magnífico relieve de la Asunción de la Virgen María. Así el pueblo poseyó la fecha de 1° de noviembre de 1950 mucho antes de definirse el dogma. (volver a la imágen)

San Teodoro, uno de los Inseparables discípulos de Santiago, enterrado a la izquierda del Apóstol en su sepulcro de Compostela. (volver a la imágen)

 

La Venida de la .Santísima Virgen del Pilar.  

Es constantísima tradición, recibido y contestada no sólo en Zaragoza sino también en toda Europa y aun fuera de ella, que en el año 40 de Jesucristo, estando predicando en esta ciudad, capital de Aragón, el apóstol Santiago eI Mayor, a tiempo que oraba con sus discípulos a orillas del Ebro a media noche del 1 al 2 de enero se le apareció llena de majestad y acompañada de muchos .ángeles, en carne mortal, María Santísima, Madre de Dios, reina del cielo y amparo de los pecadores, trayendo algunos espíritus angélicos su sagrada Imagen, que hoy con tanta felicidad veneramos, y a una columna de jaspe; y el santo Apóstol, ayudado de sus discípulos, erigió una pequeña capilla de ocho pasos de ancho y dieciseis de largo, en la que colocó el sacrosanto simulacro sobre la columna”. (volver a la imágen)

 

La Aparición de Santiago en el sitio de Baeza. –

Estaba cercada esta plaza por el rey don Alfonso VIl,  llamado el Emperador, sin que le fuese posible tomarla a causa de los refuerzos que continuamente recibían los sitiados. Al fin apareciose al rey San Isidoro, arzobispo de Sevilla, quien anunció al Emperador que tres días después con la intervención del Apóstol Santiago, cuyo brazo armado de tajante espada dejó verse detrás del santo prelado, saliendo de entre las nubes, se apoderaría de Baeza, como en efecto sucedió el 7 de octubre de 1147. El rey don Alfonso VII está arrodillado ante San Isidoro y entre los dos sale rodeado de nubes el brazo de Santiago con Ia espada. Magníficos grupos de imaginería éste y el de Coimbra. (volver a la imágen)

 

San Juan Bautista — Expresiva representación artística del Precursor.(volver a la imágen)

 

Imagen central de Santiago —

Muy bella escultura de gusto arcaico en la que el artista nos presenta en hábito de peregrino con su bordón en la mano al evangelizador de España, o nuestro Padre en la fe, al glorioso Apóstol Santiago el Mayor, Santo titular de la Parroquia, por lo cual se le da el lugar honorífico que le corresponde en el retablo. Sencillo pero hermosa apoteosis de Santiago, a quien se supone ya glorificado con el nimbo y seis ángeles en su derredor, cuatro cercando la persona del Apóstol y dos mas pequeñitos a ambos lados de la gran peana o escabel —en forma de arca — sobre la que se yergue majestuosa la venerable estatua del Patrón de España. Ya Insinuamos anteriormente que esta imagen pertenecería acaso al retablo anterior.

(volver a la imágen)

 

San Jerónimo,  otro de los cuatro grandes Doctores de la Iglesia Católica. Se le tuvo gran devoción y aparece con profusión en las iglesias adornado con vestido e insignias de cardenal por haber sido Secretario del Papa español S. Dámaso. Es notable la imagen del altar del lado del Evangelio en la imperial iglesia de Santa María de Palacio.(volver a la imágen)

 

Traslación del cuerpo de Santiago.—

Después que el glorioso apóstol Santiago el Mayor por mandado del rey Herodes Agripa I fue degollado en Jerusalén, algunos discípulos suyos por inspiración de Dios tomaron su sagrado cuerpo y le llevaron al puerto de Jafa y le pusieron en un navío suplicando afectuosamente al Señor que los guiase y enderezase a aquella parte y tierra donde quería que el santo Apóstol fuese sepultado. Fue nuestro Señor servido que el navío en pocos días, atravesando el mar Mediterráneo, llegó a la costa de España, y entrando por el estrecho de Gibraltar y rodeando sus dos lados, Oriente y Mediodía, finalmente aportó a Galicia, a la ciudad de Iria Flavia, que ahora se llama El Padrón. Allí pararon Ios discípulos del Apóstol y de allí fue llevado el santo cuerpo a donde ahora es Compostela y puesto en una arca o sepulcro de mármol. El hecho está representado en el cuadro, donde a la derecha está la nave algo inclinada, de la cual han sacado la caja mortuoria, que transportada a hombros de los discípulos va a recibir honrosa sepultura en el terreno que después será Compostela.(volver a la imágen)

 

Aparición de Santiago en Coimbra. –  

Un obispo griego llamado Esteban vivía retirado en Compostela, habitando una celda junto al sepulcro de Santiago. Entró en la basílica una peregrinación aclamando al Apóstol Santiago “Valiente soldado!  Valiente soldado!”  de lo que protestó el griego diciendo que Santiago había sido pescador y no militar. Por la noche se le apareció el Patrón de España y le dijo: “Para que veas como protejo yo militarmente a mis españoles, has de saber que, jinete en caballo blanco, entregaré mañana al rey Fernando (I de León) las llaves de la plaza de Coimbra sitiada por él y entrará allí con toda su corte y ejército”. Sucedió esto el día 24 de julio de 1058, habiendo comenzado el cerco de la plaza el 20 de enero del mismo. La figura de Santiago aparece a caballo, arrodillado ante él el obispo griego, y el rey abriendo la puerta de Coimbra. Cosa notable: Ni Santiago, ni el rey tienen las llaves, objeto principal de este episodio.  ¿Se le olvidaron al artista o han desaparecido posteriormente?(volver a la imágen)

 

San Pedro Apóstol con la insignia de las llaves, propia de su dignidad. Hermosa escultura digno de su paralela de San Pablo.(volver a la imágen)

 

San Pablo apóstol.-

Lleva como distintivo la espada por haber sido el instrumento de su martirio y por ser el gran predicador de palabra y por escrito de la “palabra de Dios, a la que él mismo llama espada de dos filos”.  Este gran apóstol tiene en Logroño. y al lado de esta iglesia, dedicadas una calle y una fuente y antes, a la izquierda de la entrada interior, había un altar con una elegante y monumental imagen de San Pablo. No olvidemos que se tiene como cierto que también el, al igual que Santiago, estuvo en España y nos predicó el Evangelio. No muy lejos de aquí, en la ermita de .San Miguel de Viana (Navarra) se podía leer una inscripción que decía: PAULUS PRECO CRUCIS —FUIT NOBIS PRIMORDIA LUCIS.— Pablo, predicador de la cruz, fue para nosotros autor de la luz.(volver a la imágen)

 

Cuadro representando el martirio de Santiago. —

“Alteraronse los judíos, viendo la conversión de Josías y, echando mano de éste, procuraron que fuese degollado con el mismo Santo Apóstol por cuyas oraciones y predicación se había convertido. Habiendo derribado el verdugo cruel con dos golpes la cabeza de los hombros de Santiago, la cogió éste en sus santísimas manos y las levantó al cielo y estuvo así con ella de rodillas; los ministros enviados por Herodes Agripa Intentaron quitársela y no pudieron porque se les helaron y secaron las manos. A continuación degollaron a Josías. Fue la muerte de Santiago, protomártir de los apóstoles, a los 44 años del Señor, según Eusebio, y el 2º del emperador Claudio.  El día de su martirio fue a los 25 de marzo, aunque el Breviario reformado de San Pío V le pone el 1º de abril.  En el cuadro se ve en alto a N. S. Jesucristo que se presenta a coronar al Santo Apóstol, que aparece sosteniendo en sus manos la cabeza ya cortada. Llama la .atención la actitud del verdugo con lo espada en alto para descargar un nuevo golpe, cuando ya la cabeza está separada del tronco. Los .dos espectadores son los discípulos inseparables Atanasio y Teodoro, que presenciaron su martirio y llevaron España sus reliquias. El libro que llevan en las manos sirve para identificarlos con los santos que se hallan a derecha e Izquierda del cuadro de la Asunción.(volver a la imágen)